Cientos de mujeres que han dado a luz en los 14 hospitales públicos gallegos han reconocido la buena asistencia recibida y los avances conseguidos. Pero la inmensa mayoría de los partos no tienen complicaciones, y cada vez exigen una mayor implicación en ese acontecimiento tan central en sus vidas y que se les ofrezca una atención individualizada y personalizada que tenga en cuenta sus preferencias, con alternativas a la anestesia epidural y con mayor protagonismo de acompañantes.
Una mesa redonda sobre este asunto en las Xornadas de Saúde Perinatal organizadas por Sanidade provocó una fuerte polémica entre grupos de mujeres y profesionales sanitarios, sobre todo ginecólogos, matronas y pediatras. La exigencia de una madre de que se cumplan las recomendaciones de la OMS sobre el parto en todos los hospitales gallegos, y respuestas de profesionales que defendían su modo de actuar, provocaron entusiasmos, aplausos y discusiones a veces tensas en un auditorio mayoritariamente femenino, que reflejaba la preocupación existente sobre el asunto.
«O tema de máis controversia é o papel da muller que dá a luz, que non é unha doente, e por iso reclama cada vez máis unha asistencia menos medicalizada. Iso bate con intereses dos profesionais, moi preocupados pola seguridade, e que esixen que se defina a Administración sanitaria. Os valores das mulleres e das familias están a mudar, aínda que moita xente que quere un parto menos medicalizado e máis humanizado non saiba moi ben en que consiste iso», explica Antonio Rial, docente de la Facultade de Psicoloxía de la USC, que fue ponente en la controvertida sesión.
Vivir el dolor del parto
«Hai que adaptar o sistema sanitario ás novas demandas sociais e ás novas evidencias científicas e das sociedades profesionais. E iso tamén serve para avaliar o sistema de saúde neste ámbito. Porque a calidade asistencial ten que ter en conta normas e referencias externas contrastadas; a experiencia dos propios profesionais, a da propia Administración e xerencias, e tamén o punto de vista de usuarios e usuarias. Hai voces que defenden que a epidural non é a solución; que a muller debe vivir esa experiencia do parto, esa dor, e que iso é positivo e non debe renunciar; e hai que lle pór os medios para facer o parto canto máis natural mellor», agrega.
En las jornadas se expusieron estudios recientes que muestran como las peticiones de anestesia epidural descienden cuando la mujer puede estar acompañada de personas que desea tener a su lado en el alumbramiento, pues esa compañía hace que disminuya su dolor.
De momento, solo en tres hospitales públicos gallegos, los de Cee, O Salnés y Ourense hay instalaciones que permiten parir de forma menos medicalizada, aunque ofrezcan la opción de la epidural a todas las mujeres.
Autor y enlace: La Voz de Galicia